DGIR es una hipótesis formulada a partir de observaciones de padres y terapeutas que notaron un aumento abrupto de adolescentes, sobre todo mujeres, que expresaban disforia de género sin antecedentes durante la infancia. Esta identificación suele estar influenciada por redes sociales o grupos de pares.
Sí. Estudios muestran que hasta un 70% de los jóvenes con disforia presentan una o más condiciones comórbidas. En particular, el autismo aparece de manera significativa, especialmente en mujeres. Algunos investigadores creen que la disforia puede enmascarar problemas subyacentes no resueltos.
Observa cambios repentinos de comportamiento, retraimiento social, antecedentes de trauma, autolesiones, o consumo excesivo de redes. Una evaluación psicológica integral —no necesariamente afirmativa— puede ayudar a determinar si la disforia es una manifestación secundaria.
Riesgos incluyen: infertilidad, alteraciones hormonales permanentes, pérdida de densidad ósea, disminución de funciones sexuales, necesidad de múltiples cirugías, y arrepentimiento. No existen estudios longitudinales sólidos que aseguren seguridad a largo plazo.
Es el proceso por el cual una persona revierte parcial o totalmente su transición. Las razones más comunes son: no haber resuelto el malestar original, efectos secundarios físicos, desilusión con los resultados, o un cambio en la autoidentificación. Está aumentando significativamente en los últimos años, aunque los datos son escasos por la estigmatización.
La psicoterapia exploratoria, la terapia familiar, el arte, el deporte, el acompañamiento emocional sin etiquetas, y el tratamiento de comorbilidades pueden aliviar la disforia. En muchos casos, el malestar disminuye con el tiempo y el desarrollo personal.
Cuestionar de forma empática y respetuosa no es rechazar. Muchos terapeutas recomiendan una postura exploratoria que permita entender el contexto emocional sin afirmar de inmediato una identidad. Los jóvenes necesitan tiempo, no presión.
Escucha sin juicio, valida su dolor, y acompáñalo en su duelo. La detransición puede incluir arrepentimiento, vergüenza y confusión. Ayuda terapéutica con profesionales que comprendan la experiencia sin ideología es esencial.