Cada vez más adolescentes con disforia de género están siendo derivados rápidamente a tratamientos médicos como bloqueadores de la pubertad, hormonas cruzadas y cirugías de género.
Estos tratamientos suelen presentarse como una solución urgente para evitar el sufrimiento de los jóvenes y prevenir el suicidio. La idea que se transmite a muchas familias es que cuanto antes se empiece, mejor. Sin embargo, lo que muchas familias no saben es que no existe evidencia sólida que demuestre que estos tratamientos mejoren la salud mental a largo plazo, y sí existen riesgos y consecuencias irreversibles.
En muchos países, los protocolos de “afirmación de género” han cambiado drásticamente en los últimos años. Antes, un adolescente con disforia de género pasaba por una evaluación psicológica exhaustiva, donde se exploraban posibles causas subyacentes como:
Ahora, en muchos casos, se aplica un protocolo de “afirmación” rápida, donde las clínicas pasan de una simple consulta a la prescripción de bloqueadores de la pubertad o incluso hormonas cruzadas en cuestión de pocas visitas. Muchas familias sienten que no se les informa adecuadamente de los riesgos ni se exploran otras alternativas antes de iniciar un camino médico irreversible.
Aunque se presentan como “pausa reversible”, no hay evidencia sólida de beneficios a largo plazo. Efectos de los bloqueadores de la pubertad en el desarrollo:
Las hormonas cruzadas (testosterona o estrógenos) producen en muchos casos cambios que no se pueden revertir, incluyendo:
En algunos países, se realizan cirugías de afirmación de género en adolescentes, presentadas como “la solución definitiva” para el malestar con el propio cuerpo. Sin embargo, estas intervenciones son irreversibles, conllevan complicaciones significativas y muchos jóvenes no reciben información completa sobre sus riesgos antes de tomarlas.
Cada una de estas cirugías conlleva riesgos específicos y complicaciones posibles:
Incluso Marci Bowers, cirujana de género de referencia mundial, ha alertado:
“Estoy muy preocupada de que la mayoría de los niños que han bloqueado su pubertad no tendrán una función orgásmica adecuada, y nunca lo sabrán porque no tendrán nada con qué compararlo.”
“El nivel de complicaciones en estas cirugías es mucho más alto de lo que las clínicas suelen admitir.”
El consentimiento informado requiere:
Sin embargo, los adolescentes están en una etapa de desarrollo en la que su cerebro y madurez emocional aún no han terminado de formarse. Tomar decisiones permanentes sobre su cuerpo, sexualidad y salud futura requiere un nivel de perspectiva y madurez que la ciencia ha demostrado que los menores no tienen completamente desarrollados.
En los últimos años, varios países que antes aplicaban protocolos de afirmación de género de forma rápida en menores han decidido dar marcha atrás y adoptar un enfoque más prudente y exploratorio.Esto se debe a la falta de evidencia sólida de beneficios a largo plazo y a las preocupaciones sobre los riesgos y consecuencias irreversibles de estos tratamientos en adolescentes.
Los expertos en estos países señalan que:
Cada vez más jóvenes que iniciaron estos tratamientos siendo adolescentes están deteniendo sus transiciones y regresando a vivir con su sexo biológico, un proceso conocido como detransición.
El problema es que una vez realizada una mastectomía o tras un tiempo prolongado en hormonas cruzadas, muchos de los cambios son irreversibles. Además, muchos detransicionadores denuncian que no reciben apoyo psicológico ni médico adecuado al decidir parar o revertir el proceso, sintiéndose solos y desamparados.
Estos jóvenes frecuentemente expresan que:
Si en países con sistemas de salud avanzados están reconsiderando estos tratamientos, es legítimo que como familia busques toda la información y pidas cautela antes de tomar decisiones irreversibles.
No se trata de negar la ayuda a jóvenes con disforia de género, sino de asegurar que reciban el apoyo psicológico y el tiempo necesarios antes de pasos que marcarán su vida para siempre.