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RECHAZO ESCOLAR: QUÉ HACER CUANDO TU HIJA/O SE RESISTE A IR AL COLEGIO



Muchos de nuestros padres nos han informado de que su hijo o hija trans ha pasado por un periodo de tiempo en el que no ha recibido educación a tiempo completo, ya sea durante unas semanas o varios años. Aunque lidiar con un niño o joven que experimenta confusión de género puede ser ya un momento estresante para los padres, lo es especialmente cuando se une a la reticencia o el rechazo de la escuela.


Tanto si las dificultades de su hijo para asistir a la escuela a tiempo completo están relacionadas en parte con su identidad trans como si se deben a cuestiones más amplias, no podemos dejar de insistir en la importancia de una buena comunicación entre las escuelas, los padres, los profesionales y, sobre todo, con su hija/o.


Cuando asista a las reuniones para discutir cómo resolver las dificultades, piense en lo que quiere decir de antemano, tome notas claras de quién ha accedido a hacer qué, y trabaje estrechamente con los profesionales de la educación y la salud mental para ayudar a su hija/o a superar sus barreras a la educación.


No podemos dejar de insistir en la importancia de una buena comunicación entre las escuelas, los padres, los profesionales y, sobre todo, con su hija/o.

¿Es común el rechazo escolar?


El rechazo escolar no es infrecuente. Se calcula que se produce en el 1% de todos los niños en edad escolar y es más probable que se produzca en aquellos con diagnósticos de salud mental.


Alrededor de una cuarta parte de los escolares se negará a asistir a la escuela en algún momento de su trayectoria educativa y es más probable que se produzca en las transiciones entre entornos escolares; primero entre los 5 y 6 años, luego un segundo pico a los 11/12 años, y el tercer pico a los 14 años.


Afecta a niños y niñas por igual y suele darse en niños que, por lo demás, estaban por encima de la media académica.


¿Cómo es el rechazo escolar?


El rechazo escolar suele ir acompañado de síntomas de ansiedad extrema y, a veces, de depresión o de un comportamiento oposicionista. Es habitual que los padres manifiesten síntomas físicos, como dolores de estómago, de cabeza y náuseas, que pueden desaparecer si se permite a su hijo quedarse en casa. Esto no significa que se esté inventando los síntomas, sino que simplemente el hecho de que se le permita no asistir a la escuela reduce su ansiedad y, por lo tanto, los síntomas retroceden.


Cómo abordar el rechazo escolar


Mantener una buena comunicación entre usted, su hijo y la escuela es esencial para lograr una resolución. Se ha demostrado que abordar el problema lo antes posible puede ayudar a evitar que la reticencia escolar se convierta en un problema a largo plazo de rechazo escolar prolongado.


Por supuesto, cuando el origen del rechazo es una consecuencia directa de las cuestiones de género, las cosas pueden complicarse un poco. El uso de nombres y pronombres, los cuartos de baño y los vestuarios, así como los deportes escolares y las excursiones, pueden provocar una gran ansiedad en nuestros niños y niñas con problemas de género.


Como hemos dicho en otros consejos, usted tiene que decidir cuál es la mejor manera de actuar para usted, su hija/o y sus circunstancias. Decida cuáles son sus límites y aténgase a ellos. Hable de los pronombres y los nombres con la escuela, y anímeles a seguir su ejemplo, especialmente con los niños más pequeños.

Los baños, los vestuarios, los deportes y las excursiones son cuestiones en las que debe primar la protección de los niños.


Mientras no haya problemas físicos o problemas escolares continuos, puede bastar con tranquilizarles y animarles a volver. Si no es así, habrá que estudiar más a fondo cómo facilitar la vuelta a la escuela, y aquí es donde es esencial que haya buenas relaciones entre todas las partes. Un regreso gradual a la escuela, con revisiones periódicas de los progresos para garantizar que las estrategias están funcionando, requiere la cooperación de los padres, la escuela y, por supuesto, del propio niño.


¿Cuál es el panorama a largo plazo?


La mayoría de los niños que rechazan la escuela continúan sin problemas de salud mental. Sin embargo, un número significativo, casi un tercio, tendrá problemas a largo plazo, como ansiedad o depresión. Esto puede deberse a que las dificultades para asistir a la escuela eran un síntoma de una dificultad subyacente, en lugar de que la negativa a asistir a la escuela sea la causa de problemas posteriores.


Consejos sobre el rechazo a la escuela


No existe una solución única para el rechazo escolar. Hay que decidir qué puede funcionar para su hijo y mantenerlo durante algún tiempo. Puede parecer que las soluciones no funcionan al principio, pero, con perseverancia, se puede lograr un cambio. Si utiliza sistemáticamente una estrategia y no surte efecto, vuelva a examinarla y quizás pruebe otra cosa.



LO QUE USTED NO DEBE HACER


No utilice la fuerza física. El rechazo a la escuela debe considerarse como un estado de ansiedad y el enfrentamiento forzado de los miedos se denomina "inundación". Sólo deben hacerlo personas capacitadas y, si se hace mal, puede empeorar mucho las cosas. Al aumentar la ansiedad de su hija/o puede empeorar las cosas a largo plazo.


No utilice sobornos. Usted se sentirá decepcionado si no lo consigue y, a menudo, como padres, no somos tan buenos ocultando nuestros verdaderos sentimientos y emociones como creemos. Además, su hija/o puede sentir que se ha defraudado a sí misma/o y a usted, lo que aumentaría su sensación de fracaso. También es posible que lo experimente como una presión adicional y se rinda antes de intentarlo. Las recompensas siempre pueden utilizarse para la asistencia después de haber alcanzado el objetivo, pero sin condiciones previas.


No retire los dispositivos de su hijo como castigo por la falta de asistencia. Como padres, podemos limitar el acceso a los aparatos cuando un niño no va al colegio por otros motivos, como una enfermedad, pero intente no hacerlo por la ansiedad relacionada con el colegio. Nuestros hijos suelen utilizar los dispositivos electrónicos como una forma de respiro de las presiones escolares, especialmente los niños neuroatípicos. Si se encuentran en casa sin saber qué hacer y sin distracción de sus pensamientos, sus ansiedades pueden empeorar. Manténgalos ocupados tanto como pueda, con aparatos si es necesario. Pero tenga siempre en cuenta nuestro consejo de que el acceso ilimitado a Internet y a las redes sociales puede ser perjudicial.


No sea demasiado rígido con la hora de acostarse. Unas buenas rutinas de sueño son esenciales, pero no hay que forzar la situación más de lo necesario: cuanta más presión sientan a la hora de acostarse, más tarde se levantarán.


A menudo, los padres informan de que el sueño de sus hijos empeora paradójicamente cuando no van a la escuela. Esto puede deberse a la falta de estructura de estar en casa todo el día, pero también el sueño puede dar la ilusión de que el tiempo se acelera, acercando cada vez más la carrera escolar del día siguiente. Al retrasar su sueño, su hijo puede estar intentando retrasar el comienzo del día siguiente y la aparición anticipada de la causa de su ansiedad. Recuerde que también es normal que los adolescentes entren en un periodo de alteración de los patrones de sueño en el que tienden a dejar atrás el hecho de levantarse temprano para convertirse en búhos nocturnos.


Manténgase positivo y elogie a su hijo por cada paso que dé para volver a la escuela, sin importar lo pequeño o insignificante que pueda parecer el esfuerzo

LO QUE USTED DEBE HACER


Mantenga una actitud positiva y elogie a su hijo por cada paso que dé para volver a la escuela, por pequeño o insignificante que parezca el esfuerzo.


Sea constante. Algunas estrategias pueden tardar en funcionar, pero demostrar que puede perseverar es un buen ejemplo para su hijo.


Pregunte directamente qué es lo que le molesta a su hijo en la escuela: cuando su hijo se identifica como trans, puede estar ansioso por los cambios de nombre y pronombre o por el uso del baño. Si usted y su hijo tienen opiniones diferentes sobre estos temas, puede que le resulte difícil reflexionar con él sobre las adaptaciones que podrían hacerse, pero no es una conversación imposible.


Tómese en serio sus inquietudes y preocupaciones, y hágale saber que comprende que estas cosas les dificultan la asistencia a la escuela. Como siempre, mantenga la calma y escuche activamente. Algunos de nuestros padres han sentido que el regreso de sus hijos a la escuela les obligaba a comprometerse con los nombres y los pronombres. Recuerde que usted debe hacer lo que sea correcto para SU familia.


Póngase en contacto con la escuela en cuanto tengas dudas. Pregunte a la escuela sobre el comportamiento, las calificaciones y las interacciones sociales de su hijo. Puede haber situaciones en la escuela de las que usted no sea consciente. Ser proactivo puede jugar a su favor, sobre todo cuando todavía no se han producido cambios en la escuela. Puede colaborar con la escuela para pensar en formas de mejorar la situación, teniendo en cuenta en todo momento las cuestiones de seguridad.


Anote los momentos en los que su hija/o se muestra reacia/o a asistir a la escuela. ¿Está relacionado con ciertos días o lecciones, o con ciertos profesores? Muéstrele a la escuela cualquier patrón que encuentre, ya que puede ayudar a identificar qué es lo que está causando esa ansiedad a su hija/o.

Intente mantener las rutinas. Aunque su hijo no vaya a la escuela, las rutinas regulares son importantes. Encontrar algo que le haga ilusión cada día puede ayudar. Si puede llevar a su hijo a la escuela algunos días, pero no otros, mantenga su horario diario: levantarse, vestirse y desayunar debería seguir siendo a la misma hora, incluso en los días en que no asiste.


Busque objetivos graduales que su hijo pueda alcanzar. A veces, la idea de volver a la escuela a tiempo completo es tan abrumadora, que un enfoque gradual, tomado paso a paso, puede ayudar a aliviar algunos de los temores que su hijo ha desarrollado.


Abordar las necesidades educativas especiales. Tanto si su hijo ya recibe información de la escuela sobre las necesidades educativas especiales como si cree que puede beneficiarse de una evaluación, es importante abordar las necesidades educativas especiales de su hijo. Los niños cuyas necesidades no se identifican, o se satisfacen de forma deficiente, pueden sufrir un aumento de la angustia y la ansiedad, lo que a su vez puede desencadenar la reticencia o el rechazo a la escuela. Muchos niños con trastornos como el TEA o el TDAH se benefician enormemente de las intervenciones que facilitan el acceso al entorno escolar y al plan de estudios, independientemente de que presenten o no dificultades académicas. Hable con la escuela sobre las adaptaciones que puede necesitar su hijo para asegurarse de que no tiene dificultades innecesarias.


Abordar los problemas de ansiedad. Ayudar a su hijo a expresar y gestionar su ansiedad en torno a la escuela y otras situaciones facilitará una mejora general de su bienestar y la probabilidad de resolver su rechazo a la escuela. Esto puede hacerse a través de actividades generales, como los pasatiempos, o de enfoques más específicos, como las estrategias de gestión directa de la ansiedad. Si la ansiedad no se reduce o se intensifica, puede ser conveniente hablar con el médico de cabecera sobre la derivación a los servicios de salud mental.


Hay muchos recursos en línea que pueden ayudar a los padres a abordar los problemas de ansiedad en niños y jóvenes. A continuación hemos enumerado algunos sitios web que pueden resultar útiles (en inglés):


  • Anxiety Canada – My Anxiety Plan es un curso gratuito de TCC en línea que le ayudará a ayudar a su hijo a superar sus ansiedades.

  • Consejos de Young Minds para los padres sobre el apoyo a un niño con ansiedad y rechazo escolar

  • Información del Royal College of Psychiatrists para los padres sobre cómo ayudar a los niños a afrontar sus preocupaciones y ansiedades

  • Action for Children tiene una página web con buenas sugerencias para tratar la ansiedad escolar.


ESTRATEGIAS ESCOLARES QUE PUEDEN AYUDAR


Es muy importante colaborar con los centros escolares para identificar las formas en que pueden ayudar a aliviar la ansiedad de su hijo por ir a la escuela.


Algunos cambios sencillos, como la modificación de las horas de entrada y salida, la posibilidad de utilizar otras entradas a los edificios escolares, la modificación de los horarios de los deberes o de las clases, o la adopción de medidas alternativas para el almuerzo y el recreo, pueden contribuir a reducir el estrés de la jornada escolar. Estas medidas dependerán, por supuesto, de las razones por las que su hijo se resiste a asistir a la escuela, y deberán adaptarse a las circunstancias individuales.


A continuación, se sugieren algunas intervenciones que pueden ser apropiadas para las dificultades más importantes.


Horarios reducidos. Son especialmente útiles si un niño vuelve a la escuela después de un período prolongado de ausencia.


Cambio de curso o de grupo de tutores. Especialmente cuando se ha identificado como un área de ansiedad.


Programas de mentores/amigos. Algunas autoridades locales cuentan con equipos específicos que pueden ayudar a su hijo a volver a la escuela ofreciéndole apoyo individual. Por otra parte, tener un mentor dentro del entorno escolar puede tranquilizar a su hijo, ya que siempre habrá alguien disponible para ofrecerle comprensión y orientación.


Asistir a una unidad de alta proporción de personal por alumno dentro de la escuela de su hijo, tal vez una designada para niños con necesidades educativas especiales, si procede.


Asistencia a centros alternativos. Los niños para los que la educación general no funciona, o que no pueden asistir por razones de salud mental, pueden tener derecho a una educación en un entorno alternativo. Puede tratarse de una unidad dentro de un colegio ordinario, de un proveedor externo de instalaciones educativas o de clases en casa. Consulte la "Oferta Local" de su autoridad local para conocer las opciones de enseñanza alternativa en su zona.


A veces, sólo se puede acceder a estas tres últimas opciones una vez que se ha alertado a un funcionario de Bienestar Educativo (en España, el Servicio de Orientación Escolar) sobre el rechazo escolar de su hijo. Aunque tener una figura oficial de la autoridad local involucrada con su hijo puede ser desalentador, muchos de estos funcionarios tienen mucha experiencia y tienen acceso a varias vías de apoyo que pueden ayudar a resolver la renuencia de su hijo a asistir a la escuela. Sea sincero y franco con ellos sobre las dificultades de su hijo y mantenga abiertas las líneas de comunicación.

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